miércoles, 6 de agosto de 2014

APRENDIENDO A SER PADRES.



APRENDIENDO A SER PADRES

¿Quién nos enseña a ser padres? ¿Qué hay que saber para convertir un bebé en un adulto sano? La relación entre padres e hijos en los primeros años de vida de los niños tiene una importancia fundamental según están demostrando los psicólogos. La ciencia aporta nuevas pistas para una educación más emocional y más provechosa de los niños.

Compaginar de manera eficaz la vida familiar con la laboral es cada vez más difícil, por lo que en muchas ocasiones cuando llegamos a casa estamos cansados y no tenemos la suficiente paciencia para dedicarles un rato agradable a nuestros hijos.  Para conseguir ser mejores padres debemos poner cada día un poco de nuestra parte, pues no es una tarea sencilla. Unos buenos consejos para lograrlo son los siguientes:

*   Encuentra tiempo para poder pasar a solas con cada uno de tus hijos siempre que puedas,  sin interferencia de otras personas. 
* No te preocupes si la casa está desordenada durante el día, mientras todos estén cumpliendo con sus obligaciones, pero exige que participen luego de la limpieza por las noches.  Al fin y al cabo, la casa es de todos. 
*  Aprende a planificar para no desaprovechar las oportunidades satisfactorias por la aparición de acontecimientos imprevistos. 
*  No escondas siempre tus sentimientos, aunque éstos no sean siempre positivos. La rabia, la indignación y la confusión son emociones a las que tu hijo debe aprender a enfrentarse. 
* Propón tradiciones familiares para realizar juntos como algo propio e intransferible de tu familia.
*  Echa a todos los demás de casa de vez en cuando para tener la sensación de que tu casa es tu territorio privado.
* Si en alguna ocasión prefieres no enfrentarte a miembros de la familia verbalmente sobre algo que te molesta, déjales notas, es una opción alternativa muy viable y evita el primer enfrentamiento. 
*   Escoge un día cada dos semanas y proponte no gritar durante todo el día. 
*  Ten siempre algo disponible para comer que guste a tu familia, porque la comida es un factor importante de disfrute, salud y bienestar. 
*   No hagas cosas por sus hijos que ellos sean capaces de hacer por sí mismos, así aprenderán a ser más autónomos y menos dependientes.
*  Acepta a tu hijo en todas sus etapas, hay que entender que el proceso de crecimiento es irregular, episódico e incoherente. Ninguno de tus hijos tendrá un proceso de desarrollo perfecto. No te preocupes. Si él nota que es querido y aceptado, valorado por sus virtudes y no despreciado por sus defectos, acabará gustándose antes o después. 
*   Ten amigos para salir y compartir actividades familiares. No se puede depender únicamente de la familia para satisfacer todas las necesidades sociales.
*    Aprende a decir "no". 
* Pasa tiempo todas las semanas a solas con tu esposa/o, sin niños ni otras distracciones, una vida en pareja saludable trasmite paz y bienestar a los demás integrantes de la familia.


Tomado de: http://www.psicoactiva.com/infantil/consejos.htm

viernes, 18 de julio de 2014

CÓMO ENSEÑAR BUENOS HÁBITOS

Hay muchas cosas que querríamos que nuestros niños y niñas hicieran casi automáticamente, porque es bueno para ellos. Pero... no es así como funcionamos los humanos, y no siempre es fácil conseguir que aprendan a lavarse los dientes, a juntar sus juguetes luego de utilizarlos... y tantas otras cosas.

Lo normal es que los niños hagan lo que tienen ganas de hacer en cada momento, lo que les gusta o lo que les trae una consecuencia positiva.
Pasarse un cepillo por los dientes, por ejemplo, no cumple, a sus ojos, con ninguno de estos criterios. Tenemos que enseñarles a que hagan algo que no harían espontáneamente, y que lo hagan tantas veces como sea necesario, sin pasarla mal.

¿Cómo lo haremos?
Deberemos aprovechar su natural gusto por el juego y lo novedoso, su tendencia a imitar a aquellos que le importan y su agrado por recibir nuestros halagos.
Por ejemplo, entusiasmarlo con determinado cepillo de dientes que le guste, hacer del lavado de dientes un momento amable y compartido, y felicitarlo mucho, mucho por ser un niño de dientes ¡taaan limpitos!
Eso no nos asegurará que incorpore enseguida el cepillado de los dientes como un hábito cotidiano, pero creará un clima más apropiado para que eso suceda que si rodeáramos el momento del cepillado de enojo y malestar. Y el mejor estímulo para ellos es nuestra atención.

Estemos atentos a prestarles más atención a los comportamientos deseables que a los no deseables. Si cuando se lava los dientes pasa desapercibido y cuando no lo hace le prestamos atención, aunque sea con rezongos, aprenderá que lo  que funciona es no hacer las cosas bien.
¡SIN ESTÍMULO, 
NO HAY MOTIVACIÓN PARA EL ESFUERZO!  


Tomado de: http://www.unicef.org/uruguay/spanish/guia_crianza.pdf